Profesionalizar la dirección de la compañía, asegurar la independencia en la gestión, separar los intereses, contratar personal calificado y mantener una contabilidad en forma fueron algunas de las recomendaciones realizadas por un grupo de expertos de FERRERE Abogados para asegurar el éxito de las empresas familiares.
Durante un evento organizado por la firma bajo el nombre de “Negocios familiares competitivos. La importancia de planificar el día a día y después”, la especialista en Planificación Patrimonial de FERRERE, Carla Arellano, explicó que muchas veces los familiares tienen dificultades para gestionar una empresa. Los sentimientos encontrados y las relaciones familiares en ocasiones impiden la independencia de la gestión, lo que lleva a la necesidad de “profesionalizar el gobierno” con la incorporación de personal calificado o la capacitación de los propios integrantes de la familia. Precisó que entre las tareas de estos directorios profesionales se encuentran la obligación de informar a los accionistas y de rendir cuentas de sus actividades.
En opinión de la experta, el involucramiento de la familia puede interferir en las políticas de ascensos y contratación de personal, provocando que se tomen decisiones en función de simpatías y no por considerar talentos y capacidades. Si bien en estas empresas pueden convivir los órganos societarios, como el directorio y la asamblea de accionistas, con los familiares, como los consejos y asambleas familiares, llamó a no confundirlos, porque “esta práctica contribuye muchas veces a que los emprendimientos se malogren”.
Otro aspectos manejados y sobre los que profundizaron las doctoras María Eugenia Cal y María Virginia Salvo, del Área de Derecho de Familia del estudio, son las formas de preparar la empresa familiar para la venta y la sucesión.
En el primer aspecto subrayaron la necesidad de mantener en orden las finanzas y los libros, y en el segundo, dejar clara la titularidad de las acciones de la empresa y planificar quién será su sucesor, según sus capacidades e intereses, de manera que sea la solución más conveniente para la empresa. También advirtieron sobre el crecimiento familiar, en particular por el ingreso de parientes políticos, cuya participación en las utilidades y los cargos de decisión puede generar conflictos.
Las expertas en asuntos familiares destacaron que las soluciones deben trabajarse y diseñarse a medida, para cada empresa y cada familia en particular.
El contador Gonzalo Icasuariaga, socio de CPA FERRERE, especialista en el Área de Consultoría, Estrategia y Capital Humano, precisó que en estos casos “está mezclado el rol de familia con el de la empresa, una confluencia que es muy difícil mantener separada”. Esto se pone de manifiesto en particular cuando aparecen disputas por motivos familiares, que centran la discusión y terminan ofreciendo ventajas a los competidores.
Sin embargo, aclaró que “estas características, bien manejadas, pueden ofrecer grandes oportunidades ya que dan la ventaja de verle la cara todos los días al dueño, de dar evidencias de lealtad, de conocer historias”.
Carlos Folle, profesor de Dirección Comercial, Política de Empresa y de Empresas Familiares de la Universidad de Montevideo, señaló que tanto la familia como la empresa “tienen finalidades propias. Cuando estos objetivos se cruzan surgen conflictos entre las personas y la evidencia demuestra que son el motivo principal por el que fracasan muchos emprendimientos”.
Del evento también participó Eduardo Capanema, socio director de la estancia La Invernada, que contó su experiencia en una empresa familiar que ya va por la sexta generación, y María Noel Ache, CEO de AIVA, que recordó que en su empresa tuvieron “la claridad de buscar ayuda tempranamente”, ya que en sus libros “había cuentas de almacenero”, hasta que decidieron profesionalizarse. “En 20 años todos mis hijos pasaron por la empresa, pero cada uno tuvo que ganarse su posición”, añadió la empresaria.