El de las extras impagas es «un rubro con alta frecuencia de reclamo a nivel judicial», afirmó Nelson Larrañaga, director del departamento Laboral y de Seguridad Social de FERRERE Abogados.
Por otra parte, el mayor peso de las pruebas recae en la parte demandada, analizó Larrañaga.
El criterio en la Justicia es que mientras el trabajador tiene que probar haber realizado las extras (bastándole incluso el testimonio de terceros), el empleador deberá exhibir pruebas que constaten el horario de trabajo y las extras realizadas. En caso contrario, “la sentencia condena a pagar la cantidad de horas extras reclamadas”, más allá de que se suele aplicar un prorrateo, explicó el profesional.
Como en el ajedrez, las empresas están tratando de adelantarse a la jugada asociada a los reclamos. “Debido a esta posición de la jurisprudencia, las empresas se ven obligadas a establecer un mecanismo de registro de horario en resguardo de que en un juicio donde se reclamen horas extra inexistentes, haya un documento de soporte”, remató Larrañaga.