En apenas segundos un programa de Inteligencia Artificial (IA) es capaz de arrojar una docena de logos bastando para ello haber ingresado algunos datos o “prompts”. Una denominación, una combinación de colores, algunas plantillas de imagen y un rubro de actividad es todo lo que se necesita. Ahora bien, ¿puede ese logo convertirse en marca registrada?
Registrar un logo como marca, significa asegurar la titularidad de derechos exclusivos sobre esa composición gráfica en un territorio determinado. El asunto es que no siempre será posible reivindicar la propiedad del logo generado por herramientas de IA. ¿Cómo saber cuándo sí y cuándo no?
La respuesta dependerá de varios aspectos. Asumiendo que la denominación de la marca es proporcionada por el usuario, los aspectos gráficos pueden extraerse de la base de datos ya disponible en el software o en su defecto, agregados por el usuario. Las consecuencias serán diferentes según estemos frente a una u otra hipótesis.
Si los insumos son tomados de la biblioteca del software de IA, normalmente otorgarán una licencia no exclusiva en favor del usuario. El resultado será un logo que puede ser único en su conjunto, pero que está formado por elementos que no son apropiables y que, por tanto, pueden aparecer en otros logos.
Si, por el contrario, el logo se genera a partir de elementos aportados por el usuario (como fotografías o diseños) y suponiendo que sus derechos de propiedad intelectual pertenecen al usuario, sus elementos serán en principio, exclusivos.
Pero, aún en este caso, es importante asegurarse que en los términos y condiciones de la herramienta se establezca que las creaciones derivadas de la aplicación pertenecen efectivamente al usuario. El alcance de los derechos de propiedad en favor del usuario puede varias según se trate de versiones gratuitas o pagas.
Cabe tener en cuenta que estas herramientas en general se exoneran de la obligación de realizar búsquedas de marcas registradas para validar si el logotipo generado infringe derechos de terceros. Por lo tanto, resulta imprescindible realizar una búsqueda previa de registrabilidad estándar.
No quedan dudas que la IA puede constituirse en un asistente de lujo en la creación de logotipos. Pero el asesoramiento de profesionales de la propiedad intelectual sigue siendo clave a la hora de verificar los riesgos, derechos e implicancias en cada caso.